Dentro de las grandes metas u objetivos del marketing social se destaca el hecho de animar a la gente para cambiar un comportamiento específico por su cuenta (autorregulación) para la búsqueda de ayuda profesional acerca de un problema difícil o para incentivarlos a que tomen una decisión acertada respecto a su salud o cualquier otra área que le beneficie en su vida.
Qué es el Marketing Social
El mercadeo social se basa en una amplia gama de ciencias sociales con el
propósito de influir en las personas de manera socialmente deseable y la generación de bien social. Las campañas de este marketing generalmente se clasifican en función de si apelan a motivaciones y emociones positivas con el fin de lograr el cambio de comportamiento deseado.
Para que este sea efectivo se incluyen las estrategias que se dirigen a un cambio en los ambientes sociales, las comunidades, las políticas sociales y la legislación, en lugar de confiar únicamente en las personas a cambiar su comportamiento.
En resumidas cuentas, una campaña de marketing social que se dirige a las estructuras sociales será más propensa a producir un «bien social». Pero, a pesar de que aspiran a lograr el bien social puede haber la posibilidad de que daño no intencionado se produzca.
Por ejemplo, ha habido preocupación de algunos sectores de que las campañas de marketing social con contenido «contundente» pueden ser perjudiciales en determinados contextos.
A modo de ejemplo, una campaña de medios que pretendía reducir la violencia contra las mujeres y contó con representaciones de violencia gratuita fue criticado por ser potencialmente contraproducente (es decir, la promoción de la violencia en lugar de desalentarla).
Historia y Faltas del Marketing Social
Antes de conocer sobre las faltas, vale la pena comentar un poco sobre su 
historia. Surgió durante la década de 1970 como una estrategia para comunicar mensajes acerca de los problemas sociales, con temas relacionados con la higiene, la planificación familiar y las actitudes hacia las mujeres.
Durante la década de 1980, la comercialización social se estableció como un enfoque para educar al público y orientar los comportamientos individuales. Las campañas de marketing social en este momento se dirigen al volante sobre la prevención al consumo de alcohol, de las enfermedades del corazón, y un mayor uso del cinturón de seguridad del coche.
Para la década de 1990 los comportamientos relacionados con la salud dominaron el campo del marketing social, como temas sobre el maltrato infantil. Sin embargo, las campañas de este tipo que utilizan contundente contenido para abordar aspectos como el abuso sexual infantil terminan siendo contraproducentes, ya que tienen el potencial de exponer a los niños a temas traumáticos e imágenes de abuso sexual infantil.
La publicidad es un elemento central del marketing social y es más útil cuando hay una falta de conciencia sobre un problema social.
Uno de los beneficios de estas campañas es que incluyen un componente de publicidad en los medios de comunicación, que son propensos a aumentar la conciencia pública, con independencia de los objetivos específicos de la campaña. Pero esta debe saberse manejar, para no cometer faltas como la anterior.
